Suelo recelar bastante de los sitios de moda, porque la mayoría de las veces son más postureo que otra cosa y a mi lo que me gusta es comer, me importa poco eso del «place to be». Pero resulta que quedamos con una pareja de amigos y como milagrosamente, siendo sábado, se quedó un sitio libre en la terraza nos sentamos en Arzabal.
Aunque nosotros somos más de cerveza, la primera sorpresa fue la gran variedad de vinos y a precios bastante razonables, para lo que es la zona, asi que nos decantamos por un blanco gallego de inicio con los platos para compartir.
Como no pedimos los huevos rotos con trufa, sencillamente espectaculares, de los más ricos que he probado nunca, creo que no hizo falta ese día que fregaran la cazuela porque de tanto rebañar la dejamos impoluta. Unas croquetas, muy buenas las de boletus y unos guisantes de lágrima, que nunca mejor dicho se te saltaban las lágrimas.
De segundo para compartir una carne de de vaca rubia gallega con 50 días de maduración, en un punto perfecto de cocinado, simplemente ideal.
Con el postre nos decidimos por la torrija y si bien tengo que decir que los postres me parecieron caros, no es menos justo añadir, que probablemente y he probado una infinidad de ellas, la torrija de Arzabal es la mejor de Madrid: espectacular.
Destacar el servicio de los camareros, muy amables, y sobre todo que después de comer te puedes tomar una copa relajado con musiquita de nuestra época, que para los que ya rondamos los 40, nos encanta una sobremesa relajada en un sitio chulo.
Sin duda, para volver.
Taberna Arzabal
Av. de Menéndez Pelayo, 13, 28009 Madrid
Telefono: 915 57 26 91
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